Amor a distancia

A quién no le ha pasado de mantener un romance con un hombre con el que es difícil verse. Son relaciones que se construyen, si es que se construyen, a instancias del teléfono, del chat, del mail.
Siempre hay alguna excusa para no encontrarse. Suelen ser historias de amor basadas en la fantasía de lo que podrían ser. No duran mucho, pero son difíciles de terminar.

Laura P. mantenía un amor a la distancia. Siempre supieron que no sería fácil sortear los miles de kilómetros que los separaban, pero confiaron en que la tecnología los ayudaría a estar conectados, a estar cerca. Se hablaban entre dos y tres veces por día, y cada tres meses viajaban para encontrarse. El deseo contenido hacía maravillas de esas citas.
Pero la espera era larga, y lo fue cada vez más. Cuestiones de trabajo, de estudio…Agendas incompatibles fueron enfriando la relación.

Por ese entonces, encima, Laura empezó a recibir invitaciones de distintos amigos, que no la consideraban una chica "ocupada", y que le insistían para salir. Se sentía en falta si decía que sí, pero no tenía por qué decir que no.

Bastó que su amor a la distancia notara cierta frialdad en el trato, para que empezara a importunarla llamándola a cualquier hora del día. Incluso, para que insistiera con hacerse alguna escapada juntos, como la que nunca habían logrado hacer a pesar de las horas y horas de planificación telefónica que habían invertido en imaginarla.

¿Por qué crees que hay relaciones que sólo se activan ante el riesgo de ser dejado por el otro?